Mi iniciación en la ci fi fue Howard Philips Lovecraft, y gracias a este quedé atrapado, pero no me estanqué en solo dicho autor, un día de curioso vi la película The Thing (2011) la cual resultó gustarme mucho, busqué saber más sobre esta y me topé con que era una de las varias película basada en una poco conocida (en nuestro idioma) novela corta llamada Who goes there? de John Wood Campbell, Jr (Don A. Stuart), editor a cargo, en su tiempo, de la conocida revista Astounding Science-Fiction, justo en tiempos de la edad de oro de la ciencia ficción, en la que se destacan autores como Isaac Asimov.
Descubrí así el autor que escribió lo que sería la inspiración de varias adaptaciones fílmicas reconocidas por todos, pero irónicamente la raíz, el texto original, es poco conocido y despreciado por los amantes de tales películas.
No voy a hablar mucho de las adaptaciones, solo para expresar ciertas cosas que es el principal motivo que me incentiva a escribir, para empezar no hay que ignorar que la primera adaptación conocida fue The Thing from Another World de Howard Hawks, de 1951, se le considera una buena película para la época, lógicamente tiene diferencias con el texto original, pero no voy a profundizar en esto.
La siguiente, más que una adaptación, es un remake de la película anterior, la muy reconocida obra de John Carpenter (1982), ojo, repito, es un remake, hay que resaltarlo porque mucha gente cree que es original, que es única e incuestionable, inclusive los defensores de esta película llegan a ignorar y despreciar la historia original, la novela corta de Campbell, Jr, ademá de ignorar que el film es un remake también escupen sobre el legado del autor original de la trama en la que está basado dicho film.
Por desgracia esto se ve reflejado en gente que dice saber de revistas pulp y ciencia ficción, curiosamente los amigos de Relatos Pulp son tan ignorantes acerca de la economía de una novela corta (ni abren la discusión sobre si es noveleta o novela corta), y se quejan de la falta de extensión del texto, algo que me parece sumamente patético. Por el culto a una película subestiman una obra de ciencia ficción de un autor al que el mismísimo Asimov le dedicaba unas páginas de sus obras, a pesar de sus puntos de vista diferentes en muchos aspectos. Como en Anochecer y otros cuentos (Nitghfall and other stories) afablemente lo menciona:
A John W. Campbell, Jr.por hacer “Anochecer” posible,y por treinta años de amistad;yA la memoria de Anthony Bouchery Groff Conklin
Volviendo a las películas, en en el remake de Carpenter, y la precuela del 2011, los créditos no olvidan mencionar en qué están basados, porque esas películas no aparecieron como una epifanía efímera.
Hay que decir que los adeptos de Carpenter arrasan con críticas la que se consideraría la siguiente adaptación fílmica y que resultaría ser una precuela del remake del señor Carpenter, The Thing (2011), película que, como dije al principio, me gustó mucho más que la tan adulada de 1982, siendo breve, en la más joven el ambiente es mejor, las actuaciones son mejores, y se le da con originalidad un vuelco a la historia al final, abriendo una gama de posibilidades que es lo que destaca a la ciencia ficción.
Por otro lado la casi incuestionable ocurrencia de Carpenter, su personaje principal es un ser exasperante, apático y ridículo, solo en algunos momentos parece un tipo que pasa por una situación de paranoia y miedo, a diferencia del verdadero McReady, un metereólogo que llegó a ganarse la autoridad como héroe en el texto y el mismo autor lo retrataba como:
(...)parecía una figura de algún mito olvidado, una estatua de bronce dotada de vida y que caminaba
Este, en medio de la difícil situación, asumió el mando y aportó demasiado gracias a su experiencia previa con estudios de medicina que abandonó para dedicarse a la metereología, mientras el actor en la película, ya mencionada, parece dispensable, irrelevante y solo causa molestia por su actitud, pocas veces parece alguien principal e importante para la historia, y eso que no es el único, ni se diga del actor que encarna a Blair, tan malo que en la película pide que lo dejen salir de donde lo encerraron, mientras en el texto decide aceptar su encierro por lo que aparenta ser miedo por la cosa, pero en realidad le sirve como plan estar en soledad para el revelador final de la narración original.
Esto así por encima, porque quiero enfocarme en lo que aviva el fuego de la historia, en lo valioso, en el núcleo de la discordia y el horror, en el antagonista, en la cosa.
He leído demasiados comentarios para decir que la idiotez abunda al hablar de la cosa, desde gente que no sabe nada, muchos defensores de Carpenter, hasta lectores del texto, vomitan falazmente sobre lo que es un gran trabajo por parte de Campbell para crear una criatura que represente un antagonista imponente de una historia de ciencia ficción.
He aquí un ejemplo:
El problema es que en la precuela, la Cosa es un MONSTRUO de película que quiere ASUSTAR, mientras que en la original la Cosa es un ANIMAL que quiere SOBREVIVIR. Así de simple, cabros
De los muchísimos errores que se tiene sobre el extraterrestre, la creencia más patética es tomarlo como una criatura primitiva guiada por sus instintos, un animal según aseguran por ahí de manera absurda, en lugar de lo que es, una criatura inteligente de otro planeta. Por algo tenía una nave capaz de viajar a otros mundos, esto más allá de su habilidad biológica de imitar con exactitud los organismos, son parte de la amenaza que representa, porque acaba de manera astuta con los que se topan con esta criatura, pero lo que más temor causa es su inteligencia, lo que puede hacer con una inteligencia que pone a dudar el entendimiento humano. Hasta McReady toma a la cosa como solo un imitador pero solo final, cuando nota lo que estaba haciendo la cosa en la cabaña, se da cuenta de lo que fue capaz ese ser con su intelecto avanzado en la mente de un académico encerrado en una cabaña, cometiendo así un error, como lo comenten los que ignoran esto al subestimar a la criatura.
Algunos fragmentos en referencia a la cosa:
(...) Si ese ser es más inteligente que los hombres, podría saber más sobre física que Connant, y ellos lo notarían -insinuó Barclay.
(...) Somos inteligentes, no cabe duda. Rompemos las magnetos para que los aviones no funcionen, arrancamos tuberías en los motores de los camiones y dejamos a ese monstruo solo durante una semana en esta cabaña. Solo y sin que lo molesten.
(...) Estamos nosotros —dijo con una risita Blair—. Puede imitarnos a nosotros. Los perros no pueden viajar 600 kilómetros hasta el mar: no basta el alimento. En esta temporada no hay suficientes gaviotas Skua que imitar. Tan tierra adentro no hay pingüinos. No hay nada que pueda llegar al mar desde este punto..., salvo nosotros. Nosotros tenemos la inteligencia. Podemos hacerlo. ¿No comprenden? Ese ser tiene que imitarnos a nosotros... tiene que ser uno de nosotros...
Queda claro que el organismo invasor necesitaba del cuerpo (las extremidades para manipular herramientas que perros o gaviotas no tienen) y la mente humana para seguir con sus planes, pero ojo, tenía planes, no-humanos que al final bien se plantean, es la pizca de terror que le produce a los sobrevivientes; el potencial accionar de esta criatura basado en sus propios planes, pero estando en un entorno humano necesitaba herramientas humanas para su empresa.
Así se encarna lo aterrador de la cosa, además de la facilidad para camuflarse, para asimilar su entorno, su inteligencia no es para nada despreciable, como asumen los que no han leído o malinterpretaron, pues la criatura era un tripulante de la nave que se destruyó por ignorancia humana, un vehículo de mejor tecnología que la humana que lo había llevado más allá de su mundo de un astro mayor azulado, bien lo dijo Blair en las discusiones al inicio de la trama:
(...) Este es un ser inteligente, que ha llegado tan alto en su evolución como nosotros en la nuestra.
(...)Entonces habría sido un perro. Los demás perros lo habrían aceptado. Nosotros lo habríamos aceptado. No creo que nada lo hubiese distinguido, ni el microscopio ni los rayos X ni ningún otro medio. Se trata de un miembro de una raza de soberana inteligencia, una raza que ha descubierto ya los más profundos secretos de la biología y los ha usado.
El personaje lo sabía, aunque consideraba la posibilidad de que la cosa no fuese más que una imitación de los tripulantes de la nave, cerró esa puerta planteando que era nativo de un planeta más cálido y por eso su necesidad de adaptarse al entorno helado de La Antártida imitando el mejor amigo del hombre, pero solo como vehículo porque necesitaba a los primates que allí habitaban con sus habilidades. En sí, el viejo no lo subestimó, y el saber esto lo convirtió en el mejor organismo que el extraterrestre pudo imitar.
Un biólogo cualquiera, muy humano, confinado en una cabaña desolada por un paraje helado no puede crear armas que el humano jamás ha visto, tampoco crear un potente generador de energía para mantener cálido el lugar, y mucho menos, antigravedad, solo un ser como la cosa llevaría todo el ingenio para producir esa tecnología con los objetivos que tenía este ser proveniente de un mundo de sol más azulado.
A manera de anexo:
Se puede leer el texto original de J. W. Campbell, Jr, en la novena entrega de Astounding Stories de 1938, gracias a The Pulp Magazines Project.
Por estos días es el aniversario (tres años ya) de la precuela, vale la pena mecionarlo y recomendar el comic, de Steve Niles, ¡en donde se ve a la cosa atormentando a vikingos!
También me atreví, antes de escribir este post, a editar varias veces el artículo en español de Wikipedia donde hablan de la novela corta de John dada la pobre información que allí había y lo descuidado que está el artículo.
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