La ciudad paranatural de Leiber

La relación entre el escritor, su narración y las ciudades ha sido históricamente excusa, técnica y base para las grandes creaciones literarias, sea como parte de una relación de amor u odio, centro de la decadencia o la opulencia, las ciudades son la ambientación en la que converge todo lo posible e imposible.

Ilustración de Virgil FinlayEn  Our Lady Darkness (1977) de Fritz Leiber se presenta una compleja relación entre el artista y la ciudad de San Francisco, esta relación enriquecida por el desarrollo individual, histórico y urbano, apoyado por una intertextualidad permanente, hace que esta compleja obra explore el recóndito origen de la ciudad bebiendo de una nueva ciencia negraconocimiento paranatural, llamada megapolisomancia, considerando las ciudades grandes como necrópolis o centros de edificios que concentraban la decadencia, la muerte y horrores de la modernidad, siendo capaz de controlarse y destruirse.

La mística paramentación u oscuro arte planteado por un misterioso y excéntrico hombre, permitiría dominar las ciudades, acabar con grandes edificios y conectarse favorablemente con los habitantes de estas tumbas habitables, comparadas con las pirámides y grandes obras arquitectónicas, como lo son las entidades paramentales.

Relacionando sus divagaciones e ideas sobre este extraño proceder, Leiber entreteje la vida cotidiana de los habitantes de San Francisco, los ficticios misterios de autores como el poeta de lo extraño Smith y el cultor del horror cósmico Lovecraft, los secretos de London, Sterling, Bierce e incluso el origen del famoso detective de Hammett, y una macabra urbanización simbólica que se transforma en una dama de la oscuridad.

Contrario a un cliché realista mágico, en el que existe superposición zlotchewiana bidimensional de realidades, el Frisco paranatural del autor californiano es una urbanización real en la que convergen pasiones oscuras, el dolor por la muerte, el horror de la cotidianidad y la convergencia de las relaciones intra-urbanas de las que se obtiene la megapolisomancia, técnica leiberiana en la que se reescribe una ciudad paranatural, con su colina dentada y su antena repetidora de televisión, donde un Westen logró adentrarse en las profundidades extrañas en la ciudad de niebla y damas marrón pálido.

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