En el mundo de las letras algunos escritores dejaron expresa sus visión de la divergencia entre estos tipos de prosa, junto a lo destacable del subestimado cuento, por ejemplo Julio Cortázar, en Algunos aspectos del cuento, mencionaba una interesante analogía entre estos dos tipos de textos:
Un escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decía que en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout. Es cierto, en la medida en que la novela acumula progresivamente sus efectos en el lector, mientras que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases.
Por su parte Juan Bosch, en Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, daba su particular visión:
Así como en la novela la acción está determinada por los caracteres de sus protagonistas, en el cuento el tema da la acción. La diferencia más drástica entre el novelista y el cuentista se halla en que aquel sigue a sus personajes mientras que éste tiene que gobernarlos.
(...) Los personajes de una novela pueden dedicar diez minutos a hablar de un cuadro que no tiene función en la trama de la novela
Jorge Luis Borges, un autor de bastante complejidad a pesar de escribir de manera breve, en una entrevista contestaba a quien le cuestionaba por no escribir novelas:
Yo creo que hay dos razones específicas: una, mi incorregible holgazanería, y la otra, el hecho de que como no me tengo mucha confianza, me gusta vigilar lo que escribo y, desde luego, es más fácil vigilar un cuento, en razón de su brevedad, que vigilar una novela.A pesar de estas posiciones que esclarecen bastante, existe un sesgo sobre el cuento como algo sin valor editorial ni logro personal. No pareciera representa el desafío, el esfuerzo, la complejidad y la grandeza de una novela, hasta llega a tomarse como inicio de la carrera literaria solo cuando el autor publica una novela. Y por algo será que muchos premios en el mundo hispanohablante son para quienes escribieron una novela, no un cuento u otra tipología narrativa.
Tal vez por este y más motivos Isaac Asimov novelizó en 1990 el cuento Anochecer, con la colaboración de Robert Silverberg, y los seguidores del bioquímico solo conocen sus sagas.
Siguiendo el camino de la lectura, no es raro encontrarse con quienes solo consumen novelas, a los que puede llamárseles noveleros (nada que ver con los novelistas), los cuales temen y se alejan del cuento por diferentes sesgos (como los ya mencionados) o la falaz creencia de que existe un inescrutable abismo que divide la prosa en estos dos opuestos, como si fuese maligno leer cuentos siendo seguidor de novelistas.
Por supuesto no puede la novela ser despreciada en los intentos por devolverle la admiración que merece el cuento, aunque no lo crean los patriotas amantes de Gabriel García Márquez, existe una buena variedad de novelas excelentes; esfuerzos de grandes escritores por adentrarnos en la vida de sus personajes que se enfrentan a situaciones y se ven afectados por diversos sucesos. Después de todo no eran sinsentidos los que sustentaban las interesantes discusiones entre Arnold Bennett y Virginia Woolf.
Continuando con los sesgos, un buen ejemplo es visible en el antiguo post sobre ¿Quién anda ahí? donde brevemente se menciona el trato con desprecio que le da Emilio Iglesias (de RelatosPulp) a esta obra de John W. Cambell:
Relato: Who Goes There? (¿Quién anda ahí?) ¿Y qué decir acerca del relato original? Pues no sé, la verdad. Acabo de leerlo, y me ha parecido un soberano coñazo. Como ya hemos apuntado antes, no es un relato, sino más bien una novela pulp, y además bastante corta (poco más de 20.000 palabras).
El intento de clasificación, y apreciación, entre las dos narrativas es absurda e inconsistente, parafraséandolo; se trata de una novela bastante corta pero no lo suficiente como para ser relato.
Esta pésima apreciación del señor Iglesias no parecería tan decadente si hubiese estudiado un poco sobre otras estructuras narrativas, en este caso el texto de ciencia ficción aparece en Astounding (Agosto, 1938) categorizado como novelette, que erróneamente se traduce como novela corta, pero en inglés novela corta vendría a ser novella, por lo que no es execrable pensar que vendría a traducirse como noveleta y esto fue, al parecer, lo que escribió el Cambel, Jr. Pero la discusión en este punto puede empezar basarse en la cantidad palabras o por el contenido, haciéndose así interminable y pantanosa, de nunca acabar.
Tal vez sobre estas narrativas, desconocidas e inexistentes para muchos, ayudaría un poco la visión de Charles Baudelaire, quien se puede leer en el volumen Una selva tan infinita, donde enaltecía la novela corta de manera impecable:
La nouvelle, más comprimida, más condensada, goza de los beneficios eternos de la contención: su efecto es más intenso; y como el tiempo consagrado a la lectura de una nouvelle es menor que aquel necesario a la digestión de una novela, nada se pierde de la totalidad del efecto.
Y también lo dicho por el autor de microcuentos (¿será lo mismo que cuento corto, siendo corto un adjetivo, como muchos creen que pasa con novela corta, y por qué no hay micronovelas?) Augusto Monterroso en su libro Cuentos:
Con frecuencia escucho elogiar la brevedad y, provisionalmente, yo mismo me siento feliz cuando oigo repetir que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Sin embargo, en la sátira 1, I, Horacio se pregunta, o hace como que le pregunta a Mecenas, por qué nadie está contento con su condición, y el mercader envidia al soldado y el soldado al mercader. Recuerdan, ¿verdad?
Lo cierto es que el escritor de brevedades nada anhela más en el mundo que escribir interminablemente largos textos, largos textos en que la imaginación no tenga que trabajar, en que hechos, cosas, animales y hombres se crucen, se busquen o se huyan, vivan, convivan, se amen o derramen libremente su sangre sin sujeción al punto y coma, al punto.
A ese punto que en este instante me ha sido impuesto por algo más fuerte que yo, que respeto y que odio.
La discusión sobre las estructuras narrativas nunca se cerrará, pero lo importante a resaltar, ante todo sesgo, irracionalidad y discusión, es que existe y existirá una admirable variedad en el género narrativo, y todos los géneros de inevitable evolución, más allá del conflicto entre estructuras tradicionales, donde la novela impera, establecido así por la pereza mental de muchos que defienden estas absurdas dicotomías literarias.
Advertencia:
Por temor a la salud de quienes se aferran a esta polarización o dicotomía se omitió mencionar obras breves como Tres versiones de Judas, de Borges o Historia del Necronomicón, de Lovecraft, las cuales son ejemplos de narrativas con rasgos ensayísticos, cruzando un pesado híbrido, el ensayo, con una estructura del cuento que muchos tienen como simple e irrelevante.
Advertencia:
Por temor a la salud de quienes se aferran a esta polarización o dicotomía se omitió mencionar obras breves como Tres versiones de Judas, de Borges o Historia del Necronomicón, de Lovecraft, las cuales son ejemplos de narrativas con rasgos ensayísticos, cruzando un pesado híbrido, el ensayo, con una estructura del cuento que muchos tienen como simple e irrelevante.
Me gustaría saber que tan complejo es escribir una novela en compañía.
ResponderEliminarDe antemano te agradezco.
Bienvenida, invitada.
EliminarComo todo es demasiado complejo, tanto como escribir un microrrelato, un cuento, una noveleta, una novela corta, un poema, etc. Pero no imposible, y eso no se logra pensando en "positivo", el mejor consejo que a todos nos pueden dar es practicar, intentarlo y leer novelas, y teorización sobre las novelas, historia, desarrollo, etc. por ejemplo lo que hacían Virginia Woolf y Bennett, sobre las novelas debe servir de mucho.
Yo también estoy en ese camino, de pensar en construir una novela,