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23 jun 2017

El modernismo gótico en la obra de Hodgson

I could take the messages which came continually through the eternal darkness.

The Night Land (1912)
Para el traductor al español de varias obras de Lovecraft,  Francisco Torres Oliver, quien prologaba The House on the Borderland, William Hope Hodgson es un precursor del terror cósmico que influenció innegablemente las creaciones del autor estadounidense, pues en el ensayo Supernatural Horror in Literature, Lovecraft critica y elogia varias obras de Hodgson como la anteriormente mencionada, The Ghost Pirates y The Boats of the “Glen Carrig”, pero le dedica un mayor atención a la colosal narración The Night Landobra publicada inicialmente por Eveleigh Nash, la cual, a pesar de su repetitiva, emocional y engorrosa extensión, llama la atención por su evocación de un oscuro futuro o regiones plagadas de horrores no humanos mientras se extingue tanto la humanidad como el planeta, abandonado por la luz solar ante la muerte del sol.

Pero si la obra de Lovecraft ha sido desacreditada por sus cuestionables recursos lingüísticos, esta obra de Hodgson también ha merecido desprecios, esto incluye como ya se dijo a uno de sus mayores seguidores, por el estilo que pareciera sobrecargar la trama,  podría quedar enterrado una monumental obra como esta ante una aplastante escritura de no ser porque la macabra imaginación del escritor-soldado británico es un ejemplar ejercicio de experimentación ontológica que caracterizó el modernismo inglés.

Autores como Joyce, Woolf, Forster, entre otros, rompieron los esquemas de la narrativa tradicional, la sociedad victoriana y la moral imperante a inicios del siglo XX, desatando todo el poderío de la conciencia humana y su naturaleza en las obras producto de experimentos, Hodgson hizo parte de estas innovaciones singulares, como lo retoma Kelly Hurley, en su ensayo The Modernist Abominations of William Hope Hodgson, parte del libro Gothic Modernisms, sobrepasando límites espacio-temporales para llevar a la conciencia a un macabro futuro donde yacen horrores inimaginables. 

Para The Night Land las características de la técnica antirrealista del británico le permiten explotar la imaginación hasta límites no pensados, como es trasladar la esencia de un caballero del siglo XVII hasta los parajes hostiles de un futuro sin sol ni civilización, experimentando tanto preocupaciones iniciales, como las nuevas preocupaciones para un nuevo viaje, gracias a una especie de memoria onírica, en la fortaleza piramidal, última esperanza de la humanidad. Todo esto narrado bajo la variación lingüística del que fue un habitante de la época isabelina. Por tanto, se puede entender este texto no solo estructura su trama entorno a la ontología del narrador homodiegético, Hodgson también construye un nuevo mundo valiéndose de elementos postdarwinianos, describiendo los efectos de los cambios a escala geológica que afectan el mundo dando como nuevo resultado evolutivo un ecosistema donde criaturas despojadas de la identidad humana y otras de insondable origen acechan a los últimos vestigios del endeble ser humano mientras la entropía consume el universo.

El rompimiento de los esquemas narrativos tradicionales implica también la innovación estética, los cambios lingüísticos abruptos y los experimentos de poderosa imaginación, lo que para algunos puede resultar una tediosa sobrecarga del texto, un ejemplo de esto es el monstruoso Finnegan's Wake, puede en realidad tratarse de la exploración ontológica sistematizándo la psicología del amor, la amargura y el horror en un futuro impregnado de oscuridad, que bien pueda que se le categorice en un género de la fantasía como el Dying Earth o se le tome como una aventura con linealidad gótica, y aunque no se le sume a enciclopedias dedicadas a la literatura gótica como la de Mary Ellen Snodgrassni a repertorios sobre la literatura inglesa como el de Borges y Vázquez esta obra de su autor caído en combate universalizó su obra al llevar el añejo amor mundano en una travesía espacio-temporal a un mundo oscuro devastado por fenómenos cósmicos, geológicos, biológicos y las amenazas de entidades no humanas, logrando así una armonía entre la conciencia y el entorno, mientras utiliza la experimentación modernista, la dinámica gótica y la epistemología especulativa, para construir este colosal texto de horror cósmico  pre-lovecraftiano que constata la originalidad del modernismo gótico hodgsoniano.

25 dic 2016

La metereología literaria de Woolf

She looked at the bay, in which a steamer was just dropping anchor, the smoke still hanging about it, while a swift black shudder ran through the waves. "One's quite forgotten what rain looks like," she added.  
The voyage out (1915)

El comportamiento de la atmósfera tiene una fuerte influencia en la humanidad, desde aspectos históricos, bélicos, médicos, pasando por la cotidianidad, y por supuesto, también tiene implicaciones en la literatura. Entre páginas es posible encontrar alusiones, evocaciones o una ambientación supeditada a los inevitables caprichos de la tropósfera. Ejemplo de esto son la tramas marcadas por naufragios causados por tormentas, sociedades en un futuro arrasadas por catástrofes climáticas o sentimientos encontrados en diferentes estaciones; un otoño nostálgico o un verano eufórico.


Virginia Woolf en su ensayo On not knowing Greek (1925), véase también en español parte de El lector común (2010), dedicado a la traducción de la literatura y la dramaturgia de los clásicos, entre sus análisis, hace una mirada de la lectura cuando llegaban las bajas temperaturas llevando a la vida intramural, planteando que diferentes obras podrían deleitarse a diferentes temperaturas, por ejemplo Platón o Sócrates:

But winter fell on these villages, darkness and extreme cold descended on the hill-side. There must have been some place indoors where men could retire, both in the depths of winter and in the summer heats, where they could sit and drink, where they could lie stretched at their ease, where they could talk.
Por su parte, dramaturgos como Sófocles, mediante sus vivos escenarios, podrían permitir a los sosegados británicos sentirse cobijados en el cálido y activo mundo clásico:

Back and back we are drawn to steep ourselves in what, perhaps, is only an image of the reality, not the reality itself, a summer's day imagined in the heart of a northern winter
A pesar de ser un asunto fructífero para debatir, no se le ha otorgado tanto interés a este discutible aspecto en lo literario, algo que advierte la autora británica en su texto I. Miss Mitford:

There is something very charming in an ancient snowstorm. The weather has varied almost as much in the course of generations as mankind. The snow of those days was more formally shaped and a good deal softer than the snow of ours, just as an eighteenth-century cow was no more like our cows than she was like the florid and fiery cows of Elizabethan pastures. Sufficient attention has scarcely been paid to this aspect of literature, which, it cannot be denied, has its importance.
Si bien es absurdo prescribir o explicar la literatura teniendo en cuenta solamente el clima, Woolf plantea la posibilidad de una especie de metereología literaria, en la que el clima influye, en cierta medida, no solo como recurso en la construcción de las tramas, sino que puede incidir en la disposición para la lectura de determinadas obras literarias.

Anexo:
Para un curso de crítica literaria realicé una reseña sobre el último capítulo de Mimesis, de Eric Auerbach, dedicado a la novela To the lighthouse (1927).